Opinión
¿Fracasó Renault?
Considerar como un fracaso a un objetivo deportivo no conseguido, puede resultar un tanto exitista. Y más en un medio extremadamente competitivo y con rivales de altísimo nivel, en el que no ganar o salir campeón está dentro de las posibilidades. Pero el fracaso no debe juzgarse por el “qué” sino por el “cómo”. Puede perderse un título, pero de la manera en que se pierde es lo que determina si se trata de un fracaso.
Para Renault, conquistar el título de pilotos en el Súper TC 2000 era una obsesión a comienzos de este año. Y en las últimas temporadas se ha ido acrecentando esa presión. Acumula 23 años sin coronas desde la última de Juan María Traverso en 1993, con la Fuego. Y ahora serán 24 temporadas sin festejos. La marca del Rombo se quedó ayer sin chances matemáticas y llegará a la última fecha como invitado a la fiesta.
En General Roca, Renault tuvo todo en sus manos y lo dejó escapar. Este fin de semana fue el perfecto resumen del desarrollo de todo el año para la marca. Quien debía ser el escudero del apuntado para ir a pelear el título (Leonel Pernía de Ardusso) falló al no poder sostener la presión de Matías Rossi. El auto que no debía tener inconvenientes los sufrió en el momento menos indicado. El piloto responsabilizó al equipo por el problema de las bloqueadas de las gomas y el equipo (en parte) al piloto por su técnica de frenado. En definitiva, quien debía preocuparse solo por ir a buscar el título no se sintió respaldado ni por su compañero, ni por su equipo.
Y como si fuera poco, con el campeonato ya perdido, se tomó una decisión errónea de hacer levantar a Emiliano Spataro para que Ardusso pelee el subcampeonato. Le regalaron el podio a Fiat. Los directivos de Renault terminaron enojándose por esa decisión. El detalle curioso fue que ellos mismos habían ordenado a los directores de sus equipos que procedieran en consecuencia en las primeras horas de la mañana del domingo. Ordenes poco claras. Y órdenes contradictorias, si se tiene en cuenta que en La Pampa, y mientras estaban en carrera por el título, no le pidieron a Pernía que cediera dos posiciones para que Ardusso que venía relegado y con un auto poco rendidor sumara algunos puntos más.
Un fin de semana que refleja todo un año. La apuesta de Renault fue fuerte para conseguir el título de pilotos del Súper TC 2000 de este año. Dos equipos, seis autos, cuatro pilotos contratados por la terminal y uno de los mejores presupuestos de la categoría. El equipo oficial del rombo padeció la falta de un director deportivo, que unificara criterios entre las dos estructuras que carecieron de diálogo y con la capacidad de manejar a cuatro pilotos talentosos con intereses ambiciosos y fuertes temperamentos. Como resultado, terminaron perdiendo el campeonato con dos equipos que apuntaron todos sus cañones a un solo piloto. Incluso uno de ellos con un cambio de modelo de por medio.
La pelea por el título quedará entre Agustín Canapino y Matías Rossi, quizás los dos mejores pilotos del país. Chevrolet y Toyota son marcas que han repetido campeonatos en la última década. Es probable perder la disputa contra ellos. Pero como se dio todo para que Renault llegue a la última fecha sin chances de que uno de sus pilotos se quede con el “1” es lo que lo convierte en un fracaso deportivo.
