Fórmula 1
Auspiciado por
Lauda, el hombre que le ganó a la muerte
Niki Lauda se alzó con el campeonato de Fórmula 1 en 1975 y era uno de los favoritos a repetir el título en 1976 hasta que llegó el Gran Premio de Alemania que cambió la vida del austríaco. El piloto pidió que se haga una reunión minutos antes de la carrera porque consideró que el circuito no estaba en óptimas condiciones para que se ponga en marcha la carrera por la lluvia que cayó momentos antes en el trazado. Pero el resto de sus colegas no aceptó la sugerencia y la competencia se hizo igual.
En el segundo giro de competencia, Lauda pegó a gran velocidad contra el guardarrail de contención y quedó cruzado en medio de la pista envuelto en llamas. Arturo Merzario, Guy Edwards, Brett Lunger y Harald Ertl fueron los protagonistas que ayudaron al austríaco a escapar de la Ferrari entre el incesante fuego.
Merzario, piloto que asistió a Lauda tras el accidente, señaló: "Estaba casi muerto y había pasado más de un minuto. Pero se hizo eterno".
Lauda tuvo quemaduras de primer y tercer grado en la cara, cabeza y manos. También inhaló los gases del combustible, que afectaron sus pulmones. A base de puro esfuerzo, su organismo aguantó. Y cuarenta días más tarde se colocó el buzo y volvió a la actividad en Monza con la Ferrari: vio la bandera en la cuarta clocación, con los vendas totalmente ensangrentadas sobre su cabeza.
El tres veces campeón del mundo, en una entrevista al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung comentó hace un tiempo: "Para mí el 1° de agosto es un día como otro cualquiera. No me pongo delante del espejo y digo: '¡Hurra, hurra, hurra, estoy vivo!".