MISION... CUMPLIDA
“Pueden ser encontrados aspectos positivos hasta en las situaciones negativas y es posible utilizar todo eso como experiencia para el futuro, sea como piloto, sea como hombre”.
Una frase muy cierta del genial Ayrton Senna que tranquilamente puede aplicarse al sentido de participación en una competencia de automóviles más allá del resultado.
De alguna manera el sacrificio, la conjunción, la convivencia, el trabajo en equipo son algunos de los factores que podemos encontrar en una competencia de larga duración y extenuante como son las “24 hs. de Nürburgring”.
Seguramente algunos no le encuentran sentido otros pensarán que no es importante, que los argentinos, hace nueve temporadas ininterrumpidamente que participan en el “Infierno Verede” de esta maratón de autos de Turismo derivada de la histórica “Maratón de la Route”, van de paseo, de excursión o a dar vueltas en un circuito famoso y peligroso.
Realmente hay que estar ahí para darse cuenta que todos los que largan esta carrera tienen la responsabilidad y el objetivo de llegar.
El triunfo pasa a segundo plano. Lógicamente el que se sube a un auto de carreras cualquiera sea el escenario o la categoría piensa en ganar, aunque sea al que tiene delante suyo.
Las “24 hs. de Nürburgring” tiene la particularidad de poder compartir, durante un día completo, la pista de 25 km. Pilotos profesionales y amateurs, autos oficiales con particulares, modelos 0k con autos de años anteriores.
Esta competencia de resistencia se disputa en el legendario Nordschleife desde 1970.
Solo en 1974 y 1975 no se disputó por la falta de combustible en Europa y en 1983 por la remodelación y agregado del trazado Gran Prix.
Sin dudas Le Mans es la más famosa, tiene presupuesto para serlo. Pero Nürburgring es la competencia por excelencia para autos de Turismo y la más importante para los alemanes.
Es impresionante ver el desfile de equipos, autos, despliegue de equipos técnicos, distintas marcas de neumáticos y en especial la extraordinaria cantidad de público que desborda el trazado desde la semana previa acampando alrededor de los 25 km del trazado que está ubicado en el monte Eifel.
Es una auténtica fiesta del automovilismo, similar a Le Mans, Mónaco o Indianápolis.
Por fortuna para Argentina; Nürburgring tiene un sabor especial. Juan Manuel Fangio, la epopeya de los Torino y Lole Reutemann.
Más cercano en el tiempo las victorias de Pechito López en el WTCC y las Misión Argentina a las 24 hs. cuya participación ya se ha transformado en un clásico para los organizadores de la compete cia que reconocen el esfuerzo de los pilotos nacionales que van a correr desde tan lejos.
La edición 2017 tuvo la presencia de ocho pilotos argentinos en cuatro autos distintos.
Juan Manuel Silva, ganador hace un par de años aquí con Porsche, José Balbiani, un especialista en este circuito, Marcos Vázquez y Coco Falcón habituales pilotos de todo el calendario alemán de VLN y la Escudería Fe que dirige el Tano Rubén Salerno con sus cuatro pilotos.
Precisamente Alessandro Salerno, Alejandro Chahwan, Alfredo Tricarichi y Eduardo Romanelli, cumplieron el objetivo. “llegar a la bandera a cuadros” y ser los mejores pilotos nacionales clasificados.
Para los que conocen esta carrera saben que es tan importante llegar como ganar.
Luego de 24 hs. con distintos climas, autos que pasan a una velocidad superior, la noche que cae de golpe, la madrugada que sorprende a los pilotos ya cansados y las horas finales donde los autos entran en crisis, son las pericias que se deben sortear.
La Escudería Fe lo hizo. Concentración, trabajo en equipo, esfuerzo y gran sensibilidad para improvisar ante cualquier complicación.
Una vez más la bandera Argentina estuvo paseándose por el histórico circuito germano y aunque no se alcanzó la victoria sí se llegó a un resultado positivo que abre a futuro buenas posibilidades de seguir compitiendo y demostrando que con esfuerzo se puede
