Opinión
Qué placer volver a verte
La postal parecía olvidada. Aquel sonido de máxima aceleración, y la salida de los autos en plena tracción dejando marcas de caucho en la pista, ya empezaban a pulular entre recuerdos de otras épocas. La adrenalina de la llegada a los cajones de largada a marcha lenta luego del último zigzag para calentar gomas, el ensayo de largada en la salida a pista de boxes, la mirada fija de los pilotos a la lejana luz roja de largada, la cámara fija, el plano quieto, y la veintena de autos acelerando a fondo, pero detenidos... Se trata de imágenes que componen lo que hasta hace un tiempo era una ficción en eu automovilismo de Argentina. Si bien todavía sobreviven las largadas convencionales como en la Fórmula Renault 2.0, o el Turismo Pista, la recuperación de este tipo de lanzamiento en el Top Race con la potencia de los motores V6, los 3500 cc de cilindrada y tracción trasera ha vuelto a despertar la pasión por este momento crucial e irrepetible de la explosión que significan estas largadas.
En Paraná se realizó con algunos temores y cuidados por el intenso calor y la necesidad de un procedimiento rápido, junto con el volver a la práctica en la mayoría de los pilotos. Pero en Río Cuarto, la largada de la final de Top Race fue uno de los momentos más espectaculares de todo el fin de semana. Al fin pudimos sentir, vivir, observar y disfrutar una largada como hacía muchísimos años no se veía en Argentina en categorías nacionales. Las cámaras a bordo que mostró Carburando en su programa de TyC Sports fueron pequeñas dosis de imágenes y sensaciones que empezaron a remover aquellos momentos vividos en otros tiempos con esas largadas y adormecidos en la memoria. Es decir, volvieron las largadas al alma. Y eso de por sí, ya es un acierto mayúsculo de la Top Race.
Si tenemos en cuenta el aporte al espectáculo que estas largadas generan, y las repercuisiones en los pilotos y fundamentalmente el público, hay que preguntarse ¿cómo fue posible que en el automovilismo argentino se haya contagiado la tara de dejar a un lado las largadas convencionales por las que se hacen en movimiento? Hay muchas respuestas para esa pregunta. Pero lo real es que luego de que el TC copiara la largada de categorías americanas en óvalos y para carreras de larga duración y con la excusa de la seguridad para evitar que se lleven puesto un auto detenido en la grilla, la novedad se fue inoculando en muchas categorías y entonces este tipo de arranques fue casi generalizado.
Es entendible que hay cuestiones tecnológicas, mecánicas y presupuestarias que son difíciles de conjugar para volver a tener estas largadas. La inversión en las modificaciones en sistemas de tracción y caja en algunas categorías podría ser desproporcionada en función de lo que se busca. En ese punto no hay discusión. Las largadas de Top Race deberían servir de guía para copiar y empezar a devolverle al automovilismo las largadas. Es innegable que le aportan brillo a las carreras como evento, incertidumbre en un momento crítico, influye directamente en el resultado y más que nada recupera aquellas sensaciones que parecían olvidadas para quienes seguimos al automovilismo desde tanto tiempo. Porque la verdad, las largadas así, se extrañaban.