Opinión
Vuelta Joker, vuelta a la emoción.
Tanto se habló en la previa que al final se pudo evaluar en carrera a la vuelta 'Joker' en el Súper TC 2000 en San Martín, Mendoza. Antes de ponerla en práctica había opiniones divididas en cuanto a su utilización, sus resultados, su manera de hacerla efectiva y su popularidad. Pero como siempre ocurre en este tipo de situaciones, cuando se impone un cambio más o menos importante, las resistencias alimentadas por el temor a lo desconocido aumentan. Tomando en cuenta tres pilares del ambiente del automovilismo nacional, podría decirse que los pilotos en su mayoría estaban de acuerdo, los periodistas teníamos certezas, dudas y algunos rechazos (en mi caso personal estuve de acuerdo desde un principio), y el público en su mayoría en desacuerdo con la Joker.
Antes de verla en función, la vuelta Joker tenía algunas dudas: sobrepasos, marcha lenta de un rival, líneas amarillas, salida a la recta principal, ingreso a boxes y salida de Joker entre las principales. La CDA aclaró con los pilotos la mayoría de las cuestiones, y si bien pudo haber algunos grises en las interpretaciones (como le pasó a Norberto Fontana), todos entendieron las reglas y no hubo grandes problemas durante la carrera.
Con los hechos consumados las opiniones han cambiado positivamente. Los pilotos en su gran mayoría respaldaron la Joker, les gustó. A los periodistas, en su gran mayoría les cayó bien, aunque pueden mejorarse algunos detalles, y la gente por sus opiniones en el autódromo, en la calle y en redes sociales tuvo una acetpación mucho mayor de lo que era antes. Es decir que el rechazo quedó minimizado.
Es fundamental considerar los antecedentes de las carreras que estaba realizando la categoría para valorar la inclusión de la Joker en este momento del campeonato. Las Finales de Toay y General Roca encendieron la alarma acerca de la linealidad de las carreras. Y si nos atenemos a lo que va de la temporada 2015 hubo muchas carreras con escasez en emociones.
La Joker mantuvo en vilo a todos con la incertidumbre por el resultado final. Fue importante que no se haya presentado una Joker encorsetada, y anulada con restricciones, o sea que haya sido libre sin obligatoriedad. Es más, muchos pilotos hubieran querido que se libere el sobrepaso en el atajo.
Aumentar la adrenalina propia de una carrera, pero en especial generar la expectativa hasta el final fue producto de la Joker en Mendoza. En el deporte profesional, la actividad lúdica se encuentra forzada, pero si al juego le agregamos la incertidumbre por el resultado, éste será exitoso. Eso fue exactamente lo que puso en claro la Joker en el STC 2000: agregó intensidad, cambios, sobrepasos y por sobre todo incertidumbre. ¿Quién iba a decir dos vueltas antes del final que iba a ser Emiliano Spataro el ganador?, ¿o que Agustín Canapino iba a saltar al podio? (despues fue sancionado). Eso era lo que necesitaba el STC2000 y la Joker se lo dio.
Pasó la experiencia y la idea de los dirigentes de la categorìa es que se use en el callejero de Santa fe el año que viene. Juan María Traverso en San Martín habló de la posibilidad de usarla en San Luis en el Coronación. Difícil. La Joker superó el examen y acalló a muchos escépticos y desconfiados.
Es la variante de canbio más deportiva de los últimos años en el automovilismo, y salió bien. Influyó directamente en el trámite de una carrera que probablemente hubiera ganado Norberto Fontana por 15 segundos. Hoy estaríamos hablando de una carrera sin emoción, lineal, plana. La Joker revirtió todo eso. Un gran hallazgo adoptado del rally cross, para revitalizar un campeonato que se puso terrible.
